¡¡ Alerta Troll !!

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Manual del Buen Troll: 10 consejos básicos



Todos hemos tenido algún comentarista insultante, beligerante o simplemente tocapelotas. Es lo que vulgarmente se conoce en Internet como troll y no hay bloguero que se precie que no tenga al menos uno. Si no tienes al menos un troll, no eres nadie y lo que escribes no importa un bledo.

Muchos trolls son espontáneos. Herederos del efecto HOYGAN!. Otros muchos tienen intereses (políticos, económicos…). Si estás metido en el negocio de la comunicación en Internet, puede que en algún momento te toque hacer de negro o de troll. Lo segundo es lo más bajo que se puede caer, así que yo que tú iría pensando en largarme de la empresa en la que trabajo. Pero bueno, también puede que por alguna razón que no alcanzo a comprender milites en algún partido político (o en alguna empresa un poco chusquera, que de todo hay) y te toque hacer este trabajo sucio.

En los últimos tiempos estoy viendo un incremento del número de trolls por este blog. Ante la baja calidad del trabajo de estos trolls, me ha parecido una buena idea publicar algunos consejillos para los novatos en estas lides. Solo una lista de 10 consejos básicos:
1. Ten claros los objetivos

El objetivo de todo troll debe ser desacreditar y enturbiar el medio (foro, blog o lo que sea). Ni que decir tiene que los trolls son una estrategia que se emplea contra medios que estén produciéndonos daños comunicativos. El problema es que muchos trolls se calientan, se ciegan en su propia espiral de descalificación y terminan realizando actos que hacen completamente aceptable su expulsión del medio (insultos, comportamiento inadecuado, etc), lo que redunda en un flaco favor a su misión. Si te expulsan no puedes seguir esparciendo mierda (te puedes crear otra personalidad más, pero es cansino).

Por lo tanto, hay que mantener la cabeza fría y tener claro que la batalla dialéctica es un medio, no un fin.
2. Tu enemigo siempre es un ser humano

Realmente los medios no tienen prestigio: casi siempre heredan el prestigio personal de los que toman parte. Ve a por ellos. Tanto si es una comunidad/foro como si es un blog lo que quieres torpedear no debes perder de vista que tu objetivo no es un ente etéreo sino un ser humano. Aunque no lo evidencies en el discurso, no te olvides que eres tú contra él/ella.
3. Estudia a tu enemigo

De nada sirve soltar bilis genérica. Hay que apuntar mejor el tiro. E Internet es un medio ideal para ello. Casi seguro que tus enemigos son personajes públicos de la red. Tendrán una web personal, un perfil en Facebook y vete a saber cuantas cosas más. Puedes estudiar la información relevante sobre ellos, saber lo que han hecho y seguirles la pista (a veces en tiempo real vía twitter). Busca sus puntos débiles. Averigua qué les importa y qué les molesta. Averigua cuales son los agujeros de su credibilidad (¿quién le paga la nómina?, ¿hay algo en su pasado que puedas utilizar para hacerle retroceder como ser verecundo?…).
4. Aprende el lenguaje de la red

El netspeak es bastante coloquial (casi oral) pero aún así se guía por bastantes principios del discurso escrito. Muchos recursos retóricos diseñados para ganarse el favor de las multidudes apelan a mecanismos emocionales y sociales que no se ponen en juego delante de una pantalla. Vas a tener que utilizar argumentos para conseguir las reacciones que quieres de los lectores de tu objetivo (o de tu objetivo). Eso sí, procura que sean argumentos veraces o por lo menos difíciles de comprobar, ya que tu público está a dos clics de Google (y de toda la información del mundo ordenada).
5. Genera discusiones

Las discusiones acaloradas (con la participación o no del objetivo) no suelen beneficiar al medio. Un lugar lleno de discusiones no le gusta a nadie. La gente se piensa muy y mucho antes de comentar o de participar de cualquier otra forma si sabe que va a tener una reacción desagradable. Piensa en temas polémicos, realiza afirmaciones que sabes que tendrán una respuesta más virulenta y alimenta la llama con toda la cizaña que seas capaz. Repite el proceso una y otra vez a lo largo del tiempo. Somete al objetivo al estrés de plantearse cada palabra que escribe.
6. Utiliza múltiples personalidades

Al fin y al cabo, eres un troll, ¿no? No tienes por que respetar las reglas del juego. El enemigo a batir es la paciencia de tu objetivo. Puedes criticar una misma publicación con distintas personalidades para que parezca que hay un movimiento negativo en contra del objetivo. Pero hazlo bien: utiliza nombres plausibles (no anónimos, no agresivos per sé), registros (formas de escribir) distintos, historias personales (falsas), distintas direcciones de correo electrónico y, sobretodo, álma de cántaro, ¡¡distintas IPs!! Esto último es especialmente necesario si escribes en un blog, dónde tu IP será visible para el autor.
7. Utiliza la concesión envenenada

Redacta como si estuvieras a favor del objetivo pero evidenciando sus defectos en el discurso. Por ejemplo, si quieres decir que el objetivo no ha trabajado en su vida en el sector profesional, puedes alabar el nivel teórico de sus publicaciones dejando claro que la teoría también aporta y que no tenga más que una nimia experiencia profesional no supone ningún descrédito. No sé si me pilláis por dónde voy.
8. No pases la línea

La mayor parte de los bloggers y demás hijos de la red tienen la piel dura y un nivel de tolerancia considerable a los comentarios negativos. Pero no te olvides de que en cualquier momento pueden eliminar tus comentarios y “banearte” el acceso a su página, haciendo imposible tu trabajo. Por lo tanto es mejor que no cruces determinadas líneas: no insultes, no reveles información personal comprometedora del autor (esa puedes revelarla en otros medios), no hagas nada que sea completamente inaceptable. Te eliminará y ninguno de sus lectores se resentirá por ello.

Mantén tus personalidades más cabales “limpias” y realiza todos los comentarios exhaltados con personalidades “baratas” (una cuenta de correo hecha en 2 minutos y poco más, sin historias).
9. Juega con los tiempos

No publiques todos los comentarios seguidos. Espacia los comentarios en el tiempo y aprovecha para cambiar las también las IPs. Tiene que parecer un aluvión natural de mierda (quizá incluso intercalada con comentarios reales de otros usuarios).
10. Hazle perder los papeles

Prácticamente nada de lo que puedas escribir con personalidades falsas va a dañar significativamente la reputación de un blogger o forero. Necesitas que tu objetivo cometa un error y deje en evidencia ante sus lectores los aspectos menos atractivos de su personalidad. Eso suele ser una carrera de fondo. Hay que ir presionándole lentamente hasta que un día pierda los papeles y responda de una manera que no debiera.

Una vez que tu objetivo comenta un error, machacale con él. Sacalo a colación cada vez que puedas.
Bonus: Nada de esto sirve con una audiencia ilustrada

Si la audiencia del objetivo conoce un poco el mundillo troll y sus mecanismos, lo vas a tener complicado para hacer tu trabajo. La actividad de los trolls es taaaaaan evidente para alguien que tenga un mínimo de experiencia… Lo peor que pueden hacerte es ignorarte. Lo saben y eso es probablemente lo que harán.

Por otro lado, todo el tiempo que estás utilizando en destruir creativamente a tu enemigo lo estás perdiendo de elaborar tu propio discurso. Si pasado mañana aparece otro enemigo en escena, habrás perdido la oportunidad de incrementar tu capital comunicativo durante todo el tiempo que te has dedicado a torpedear el de otro. Esa es la razón principal por la que ser un troll apesta incluso si lo miramos desde un punto de vista utilitarista.

Publicado por Sergio Monge

Los trolls de Internet

Si visitáis con cierta frecuencia este blog (el blog del becario), o si lo habéis hecho en los últimos días, habréis comprobado que un nuevo amigo se ha colado en nuestras vidas. Su nombre es Trolly, nació en China, fue propiedad de Dani en 1986 y se caracteriza por hacer “comentarios ácidos y sinceros”, según su propia definición, en los que descalifica el contenido de las entradas y a los lectores de la bitácora.


Cuando Trolly  llegó a mi vida decidí que era el momento de retomar la investigación sobre el fenómeno troll, aquella que empecé en 2008, con el blog recién estrenado, en la que describía “la dura vida de un troll, y que ahora tengo más que abandonada.
Fue así, con la recuperación de ese viejo anhelo (perdón por ponerme poético) como encontré a El Troll de Internet, de El Jueves, que demuestra, una vez más, que cualquier persona puede hacer las cosas mejor que yo. Qué le vamos a hacer…
Os voy a poner dos vídeos para que quienes no conozcáis a los trolls o no los sepáis identificar lo aprendáis rápidamente.
¿Qué hace un troll cuando comenta en un diario digital? Esto:

¿Y cuando le borran / borramos un comentario? ¿Cuál es su reacción?


Hay un par de vídeos más de este divertido troll (Trolly aún no ha hecho ninguno), muy ilustrativos para entender cómo piensan estos lectores (me niego a llamarlos usuarios); os invito a buscarlos.
No sé si es afortunado o no hacer este post sobre los pequeños seres internáuticos ahora que el ambiente en el blog  está más que calmado (¡bendito filtro de Spam!), pero después de ver a este señor verde con la lata y la pizza al lado del ordenador, creo que lo justo era dedicarle un espacio.
En cualquier caso, estoy convencido, como me decían hace poco en los comentarios, que hasta que no creen El Estatuto del Troll estos seres van a estar desprotegidos.

Visita al autor del post
Extraido de El blog del Becario

La Arpía


Hoy en día cuando utilizamos la palabra "arpía" frecuentemente nos referimos a una persona malvada que utiliza tretas o mañas para conseguir sus propósitos. Su significado original deriva del griego "harpyia", una criatura fabulosa mitad bruja y mitad ave de carroña (alas y garras de buitre) y símbolo de la suciedad, la maldad y la avaricia.

Las arpías derivan de la mitología griega, en sus primeros momentos se las consideraba bellas aunque malvadas mujeres aladas, pero ese concepto fue cambiando en los siglos siguientes, hasta que en la Edad Media se adoptó el concepto actual: cabeza de bruja con cabellos sucios y estropajosos, torso y alas de buitre y afiladas garras que incluso podían contagiar enfermedades a sus víctimas con su solo roce. Aunque en la Grecia clásica se decía que tenían voz melodiosa, en la Edad Media ya se hablaba de sus horribles graznidos. Viven en guaridas igual de sucias y pestilentes que ellas en las que guardan los tesoros que roban como si fueran urracas.

En la mitología griega eran conocidas por sus malas artes y por su amor por lo ajeno. Además de como espías, fueron utilizadas por los dioses para sus castigos, un ejemplo es el del rey Fineo, culpable de revelar los secretos del Olimpo: Fineo fue confinado en una isla rodeado de manjares deliciosos, que las arpías le arrebataban de las manos cuando se las llevaba a la boca.

Vaya... que llamar a alguien "arpía" es un piropo de cuidado